Englobados dentro de los cuatro grandes del Thrash Metal alemán junto a Destruction, Tankard y Sodom, los de Essen se han labrado una reputada trayectoria a base de grandes álbumes, una inmensa capacidad de reinventarse y una puesta en directo demoledora como pocas. En su anterior trabajo, quedó patente su capacidad de renovarse con aires modernos, entremezclando nuevos derroteros con su material añejo y en esta ocasión vuelven a rizar el rizo superando nuevas fronteras.
Kreator, Milland Petrozza (voz, guitarra), Sami Yli-Sirniö (guitarra), Christian “Speesy” Giesler (bajo) y Jürgen “Ventor” Reil (Bateria) se han tomado un intervalo de cinco años para sacar adelante “Gods of Violence”, dedicando tres años exclusivamente a la elaboración compositiva, sin contar la pre-producción y arreglos finales. Esta ocasión, han contado con varias colaboraciones, quizás la más sorprendente, es la inclusión del artista de pop indie “Dagobert”. Además los death metaleros italianos Fleshgod Apocalypse les echaron una mano con las partes orquestadas en cuatro temas e incluso un joven chaval de doce años Tekla-Li Wadensten ha hecho su particular aporte con el arpa en el corte “Gods of Violence”. La banda no ha escatimado en recursos, con el fin de pulir hasta el mínimo detalle el lanzamiento. Petrozza reconoce que el álbum se inspira en los continuos conflictos arduos que asolan el mundo y sin abandonar prácticamente esa senda, nutre las letras de abundante material político y religioso, haciendo hincapié en esa malevolencia intrínseca en el ser humano que perdura desde los tiempos ancestrales hasta los actuales. Milland Petrozza ha repasado el contexto histórico y religioso, para sacar conclusiones e incluso nos persuade con su imponente brutalidad en “World War Now” de estar inmersos dentro de la tercera guerra mundial. El coro almibarado sirve de contrapeso a la furia, desencadenando posteriormente en afilados solos. Una guerra vertical según él, con los medios de comunicación manipulando por todos los flancos.
Desde su introducción “Apocalypticon” introducen al receptor en su atmósfera particular y lo preparan para su devastadora experiencia. “Gods of Violence” combina esencia setentera con thrash metal de la vieja escuela, manifestando que las diferencias de estilo, no son óbice para registrar composiciones de calidad. Reparten leña de lo lindo pero sin olvidarse de la condición armoniosa en “Totalitarian Terror”, hábito bastante reiterado durante todo el álbum. “Hailt to the Hordes” reivindica el mérito de la unidad en una banda, ensalzando los valores correlacionados de seguir unidos en una formación consistente. La honestidad como bandera, para superar conflictos y apartar las luchas de ego al margen. Curiosa la inclusión del entrañable gaitero de In Extremo Boris Peifer otorgándole un carácter singular con su gaita. No se olvidan de evocar las raíces de la NWOBHM, en “Lion With Eagle Wings” sellando un espectacular tema. Como broche se reservan una pieza maestra “Death Becomes My Light”, donde los pasajes melosos se combinan con la furia más aniquiladora en una majestuosa obra donde cada instante juega su papel. Una soberbia canción para redondear su excelente novedoso trabajo.
A estas alturas poco hay que descubrir de la profesionalidad de los germanos, una formación compacta y robusta, capaz de remar unida en las peores condiciones y aprovechar cuando se pone a tiro la oportunidad de exponer su poderío.
Txema Garay