Impresionante tercera juventud, la que están viviendo los veteranos rockeros británicos.
Después de su exitoso trabajo “Wonder Days” hace un par de años, han vuelto a la carga con más material fino, capaz de satisfacer los exigentes paladares de los aficionados al rock melódico.  Su nuevo trabajo “Rip it up” recoge el testigo de su anterior álbum y nos presenta una magnífica selección de temas.  
Mantienen de nuevo, el bloque que tanta solidez  les ha aportado tanto a nivel compositivo, como en el escenario ejecutando las piezas en directo.  Liderando el cotarro, “Danny Bowes” y “Luke Morley” perfectamente escoltados de su camaradas “Ben Mathews”, “Chris Childs” y “Gary Harry James”.  La compenetración es evidente y se traslada al ámbito compositivo de forma directa y manteniendo la elegancia que les caracteriza.  
Arrancan su nuevo plástico, con un single envolvente de los que atrapa al oyente de inmediato, “No One Gets Alive”. Un corte con gancho pero que no le exime de poseer una atrayente  elaboración. Danny Bowes comienza su exhibición particular, una fiesta que continuará extendiéndose  durante toda la serie de canciones.  Cambian de tercio con el tema que da nombre al álbum “Rip It Up” otro corte con encanto pero que destila rebeldía  e inconformismo. Tras la solvente carta de presentación, seguimos disfrutando de piezas magistrales durante todo el álbum, como  la introspectiva “She Likes The Cocaine”, o  la sensible y  quizás ligeramente almibarada  “Right From The Start”. Puro sentimiento desde que comienza hasta que concluye.  
No se han olvidado tampoco de un medio tiempo digno de quitarse el sombrero “Heartbreak Hurricane” ni de  su ejercicio de maestría particular de mano de “Tumbling Down” con un  “Danny Bowes”  inmenso en todos los terrenos.  Redondean este lanzamiento con sentimiento   y congoja, impartiendo  una importante lección con este “There Is Always A Loser”.  

Resulta admirable que los ingleses sigan siendo capaces de firmar cortes tan soberbios y  formidables con el paso de los años. La calidad y el buen gusto, siguen siendo los patrones  principales que sustentan las piezas de sus discos. Un álbum incuestionable que continuará  agregando clásicos a su registro particular y engrandeciendo su brillante historial.

Txema Garay