Century Media, 2015
Una de las maravillas del heavy metal en general es que no es un estilo que se reduzca a un país en concreto. El pop siempre será británico y el rock americano, pero en el heavy tenemos, además de Inglaterra y Estados Unidos, frentes como Alemania, Suecia, Noruega, Finlandia, Brasil… que no paran de sorprendernos con nuevas bandas, nuevos estilos y nuevos discos de lo más interesantes.
Tribulation se forman allá por 2005 en Arvika, Suecia. A lo largo de su trayectoria han compartido miembros con otras bandas como los speed-metaleros Enforcer y los death-metaleros Repugnant, hasta afianzarse como proyecto. Tras un debut brutal de puro death metal sueco, The Horror (2009), empezaron a experimentar con toques atmosféricos y progresivos en su segundo disco, The Formulas of Death (2013), un intento original pero quizás demasiado denso a ratos. Con este nuevo disco, Children of the Night (2015), destilan la experimentación del anterior y nos ofrecen una obra sólida, bien trabajada, en la que por fin encuentran el equilibrio entre la brutalidad y la melancolía, la complejidad y la pasión.
Diez cortes, poco menos de una hora de duración, y con varios temas superando los seis minutos de duración, Children of the Night es un disco para escuchar sentado, con el tocadiscos a buen volumen y acompañado de una copa de vino. Hay mucho death metal melódico, mucho heavy metal clásico, mucha atmósfera que recuerda tanto a Goblin como a Sisters of Mercy y, sí, mucha experimentación. Uno de los puntos fuertes del álbum es que flirtean con todos estos elementos sin llegar a zambullirse en ninguno, por lo que transmiten muchas sensaciones, pero resulta difícil encasillarlos en un género en concreto. Son la banda sonora moderna de las viejas películas de horror en blanco y negro, como dejan bien claro tanto en diseño minucioso de portada como del interior del disco.
Las letras navegan entre el gótico y el occult-rock y, sin duda, la voz desgarrada del cantante y bajista Johannes Andersson se acopla a la perfección a la instrumentación de la banda. De hecho, la producción es muy orgánica y para nada recargada, a pesar de todas las capas de instrumentos y efectos que hay en las canciones, y precisamente permite percibir todos los matices del disco con una limpieza que resulta un poco extraña para los terrenos del death metal.
Tribulation recogen el testigo donde lo dejó Ghost tras su brillante debut, aunque nos ofrecen una versión más oscura y compleja de ese camino. Aún podrían pulir más su sonido para alcanzar una personalidad única como banda, pero Children of the Night es sin lugar a dudas un buen paso.
TEMAS FAVORITOS: Winds, The Motherhood of God.