El pasado viernes fue un día memorable junto a Clutch. Servidor, nunca había tenido el placer de verles, y estaba ansioso de poder contemplar tal grandeza musical.
Si bien eres de los que te trabajas musicalmente a las bandas con sus obras, en el directo de estos puedes ver el éxtasis máximo convertido en un show, algo apoteósico.
La velada la abrieron Lionize, una banda con un sonido impecable que fue haciendo entrada al público de la Sala Apolo. Una formación con músicos muy correctos que harían sonar los primeros tímidos aplausos de la noche, y muy agradecidos, con una ejecución de 30 minutos, se despedirían para dar paso a Valient Thorr.
Con estos vendría el desparpajo y la fiesta. Un grupo joven y con ganas de comérselo todo que nos ofreció un show macarra donde los haya.
Su vocalista, el señor “Valient Himself”, sería el encargado de manejar el cotarro, animar a la gente, sudar la camiseta y lo que no es esta, dar brincos en el escenario, tirarse al suelo una y otra vez… ¡Y hasta hacer flexiones! Un auténtico campeón con una forma no muy atlética que demostró estar en forma, al menos durante el tiempo que duró el show, no sabemos si en el backstage tuvo que usar oxigeno como antaño hacía el señor Axl Rose.
En cuanto a los demás miembros de la banda de apellido “Thorr”, podríamos decir que cumplieron con altas expectativas lo que se les exigía, no siendo del todo ofuscados por la sombra del vocalista de la banda, sino que participativos y gamberros hacia el público, como mandan los cánones en conciertos así.
Sonaron temas estrella de la banda como “Double Crossed”, “Night Terrors”, “Mask of Sanity” o “Sleeper Awakes”, los cuales tuvieron una respuesta del público excelente, que comenzaba a calentar motores para la inminente descarga de Clutch.
Aposentado cerca de la primera fila, sería el momento de volver a cargar las pilas con una birra, pero al girarme sorpresa para mí… ¡La Sala Apolo estaba totalmente abarrotada! A penas se podía mover uno allí con tanta gente… Pero el hueco para la garimba entre la muchedumbre se tuvo que hacer sí o sí. Hay cosas que no son prescindibles, y esta es una de ellas. ¡Seamos serios!
Así bien y con puntualidad, tal y como nos mostraba la camiseta del batería de Clutch, daría comienzo el espectáculo a las 9:30 de la noche.
El tema elegido para abrir el concierto fue “X-Ray Visions”, donde comenzó la locura entre la gente. Desde el primer momento todo el mundo entregadísimo, saltando y cantando, sin cesar un solo instante, apoyando a la banda al 100%, y es que Clutch tiene una pegada en directo que no es normal.
Tras el final de esta, un breve saludo al público por parte de Neil Fallon, el vocalista y principal responsable de la locura de la gente, y vuelta a la carga con un clásico de la banda, llamado “Firebirds”.
El show transcurriría con éxito total, sin ningún tipo de decorado ni parafernalias, aparte de sus dotes musicales y la gran voz de un tipo pequeño y barbudo dispuesto a liarla, no necesiatn nada mas. Una vez, una voz de la experiencia me dijo: “si una banda usa mariconadas para sus conciertos, algo malo hay, eso es porque no lo pueden dar todo sin ellas y necesitan que de vez en cuando la gente desvíe su mirada y se distraiga”. Totalmente de acuerdo con esta afirmación, viendo lo visto, donde hay buena madera como en Clutch, no hace falta nada más que eso para hacer disfrutar hasta al último miembro del público.
Sorprendente tanto el aspecto como la increíble habilidad de Tim Sult a la guitarra. Un hombre de los que te cruzas por la calle con pinta de vendedor de aspiradoras, sin ningún rasgo aparente, ni mucho menos, de formar parte de una de las bandas más brillantes de la actualidad del mundo del Rock n’ Roll. Una bestia a las 6 cuerdas, causante de los riffs más juerguistas que tiene la banda y responsable de hacer entrar en éxtasis musical a nuestros oídos.
El show continuó de una manera inmejorable, sonando clasicazos como “Earth Rocker”, “Spacegrass”, “Algo ha cambiado”, “Struck Down” o “Immortal”. Los decibelios iban subiendo y la gente se iba animando cada vez más, el punto álgido de la noche fue con “Electric Worry / One Eye Dollar”, formándose moshpits en el centro de la sala con un gran furor que se calmó tras el final de esta, donde la banda se retiraba para descansar un breve período.
Vuelta a la carga con “The Mob goes Wild” y “The Wolf Man Kindly Requests” para seguir la fiesta y terminar por todo lo alto un concierto de infarto con un sonido impresionante.
Ninguna queja, un sonido espectacular y una ejecución magistral de gente que se lo pasa bien tocando y girando por las diferentes ciudades del mundo, donde Barcelona tuvo la ocasión de vivir una vez más junto a Clutch una velada intensa y loca a la vez que excepcional.
Gracias a Clutch, a Valient Thorr y a Lionize por ofrecernos noches así y a Napalm Records por brindarnos la oportunidad de cubrir el evento.
Texto: Xavi Gutierrez
Fotos: Kiko de GKGRock.com