Primer larga duración de THE CLOCKWORK, todo un super-grupo, que lleva desde 2011 deleitándonos con ataques de thrash metal técnico, al más puro estilo de Lamb of God y algún que otro guiño a Arch Enemy. Formado por ex-miembros de Soziedad Alkoholika, Infernoise, Violent Eve, Omertha y Distance, apuestan por un sonido pesado y contundente, pero sin perder ni un ápice de la velocidad que caracteriza el género.
Los nueve temas que componen el disco, exceptuando la intro Will to Power y el interludio Übermensch, se articulan en torno a una
base rítmica compacta y poderosa, una voz furiosa, versátil en cuanto a tipos de gritos y gruñidos, y un dúo de guitarras que reparten
caña y melodía a partes iguales. La producción es impecable, aunque se eche de menos un poco más de cuerpo en la batería.
The Clockwork nos habla en sus canciones de violencia, de crítica social y de tecnología deshumanizadora, temas clásicos de este
estilo, pero que actualmente se encuentran de rabiosa actualidad. El ritmo no decae en ningún momento de los apenas 35 minutos
que dura el disco.
En resumen: caña, velocidad, contundencia y técnica, cuatro factores que The Clockwork han sabido destilar y mezclar con
acierto en su debut discográfico a través de Izkar Poducciones.
Canción favorita: Colossus