The Winery Dogs + Inglorious (Bilbao)

Lugar: Kafe Antzokia, Bilbao

Fecha: 8 de Febrero de 2016

Redactor: Txema Garay

Fotos: Txema De La Cruz

 

Me vienen a la memoria ciertos conciertos de los llamados virtuosos que se produjeron con bastante asiduidad hace algo más de una década y donde venían a demostrar sus  habilidades al mástil gente de la talla de Joe Satriani, Steve Vai o Andy Timmons. Incluso una gira del G3 llegó a pasar por Mondragón. La verdad es que el panorama difiere al actual, donde lo que se lleva es directamente formar supergrupos independientemente del estilo y donde todos sus participantes deben ser sobrados músicos cualificados.

En esta ocasión, el triplete de músicos con gran talento, destreza y egos venía a ofrecer la exhibición correspondiente de las tres partes, a la par de presentar su segundo redondo “Hot Streak”. La oferta de ver sobre las tablas a titanes como Billy Sheehan, Richie Kotzen y Mike Portnoy se antojaba irrechazable.
Con un lleno hasta la bandera desde el principio en el Kafe Antzoki arrancaba la velada. Como aperitivo la promesa de rock melódico británica Inglorious. Una banda que viene a presentarse y defender un lanzamiento que aún  está a diez días de ver la luz. Liderados por Nathan James (Ex Trans Siberian Orchestra) un poderoso cantante que dejó su impronta desde el minuto uno, los británicos con permiso del guitarrista sueco acoplado, embelesaron a la concurrencia a base de rock setentero de primer nivel. El regusto dulce y añejo a bandas como Deep Purple y Whitesnake en sus  comienzos era palpable en su propuesta. Comenzaron con sus primeros singles “Until I die” y “Breakaway” para dejar poco a poco paso a los temas más desconocidos. Completaron su repertorio incorporando dos versiones con las que aportar solidez, una exuberante “I surrender” de Rainbow y “Lay Down, Stay Down” de Deep Purple incluida como relevo de la versión de Toto que venían realizando hasta ahora por ausencia de su teclista quien solo gira por el Reino Unido. Resultaron convincentes, asentados, y lograron meterse al público en el bolsillo. Dignos teloneros de un plato tan fuerte como el que aguardaba entre bambalinas su momento. La concurrencia quedó encantada y supo corresponder con ovación incluida.
Aguantamos estoicamente la preparación del escenario que si bien era bastante sobrio tomó más de media hora poner a punto. Algo que siempre me parece reprochable en los tiempos que corren. Supongo que lo bueno, se hace esperar.

La jaranera introducción de los norteamericanos ponía el recinto en vilo, las sombras de los músicos aparecían en escena y las primera notas de “Oblivion” daban comienzo al recital. Un recital plagado de exhibiciones y florituras, como no podía ser de otra forma.  Entremezclaron acertadamente sus dos lanzamientos, siendo interrumpidos únicamente por los momentos individuales de cada uno.  Cortes como “Captain Love” o una más melosa “We are one” tenían puesta a la concurrencia patas arriba desde sus primeros compases. Exhibían de serie una precisión instrumental seguramente imposible de ver para ninguno de los presentes allí reunidos, en ninguna otra circunstancia. Billy Sheehan estuvo inconmensurable realizando virguerías y demostrando una agilidad casi imposible para alguien de su quinta. La veteranía es un grado, y su carrera está llena de etapas al máximo nivel como sus trayectos con Davie Lee Roth, Steve Vai o por supuesto Mr Big. El segundo en liza Richie Kotzen conocido por ser un melómano en toda regla, un músico con corazón de hard rock pero que se mueve sin límites y quien no tuvo objeción en adentrarse a terrenos más soul o de jazz. A día de hoy representa más que nadie la elegancia y resulta difícil pensar que militara durante un álbum en Poison aparte de Mr Big y su excelsa carrera en solitario.  Impresionante verle arpegiar sin pua y sobretodo realizar los complicados solos del guión junto a su amigo Billy Sheehan. A nivel vocal volvió a demostrar sus credenciales una vez más. Parapetado en una poblada batería, el siempre peculiar Mike Portnoy aún recordado por Dream Theater aunque después se haya incorporado a mil proyectos, dando una lección tras otra de cómo manejar las baquetas a ritmos enfurecidos como quien oye llover. Asombraba a la audiencia con sus filigranas, mientras todo le salía a pedir de boca.

Tuvimos tiempo para todo, y la mezcolanza de estilos favoreció un disfrute que no era residual precisamente. La noche corría y cortes como la funky y rocosa “Hot Streak” compensaban las enrevesadas melodías de temas como “How Long” y  la aplastante “Time Machine”. A pesar de haber alcanzado la excelencia, con la majestuosa “Empire”, el show tornaba a otra dimensión de mano de la acústica de Richie Kotzen quien entonaba “Fire” sacando su voz más melosa. El respetable correspondió completando los coros y aupando el corte a momento solemne. Momento entrañable que se extendería al saltar Richie Kotzen a los teclados y sorprendernos con sus otros registros vocales de mano de “Think It Over”. Otro momento de quitarse el sombrero.

Convenía retomar la fuerza que venía impresa en el setlist y llegó el turno del solo de Mike Portnoy el cual quizás fue algo menos impactante de lo esperado. No cabe duda que su interpretación del bolo era ya de por si una constante exhibición y quizás ello hizo que aún esperásemos alguna pelotazo más. Recuperaron el brío con la acelerada “The Other Side” y llegó el turno de Billy Sheehan quien preparó para la ocasión un deslumbrante solo que se extendió lo justo para impresionar a los presentes sin resultar abusivo y dejando boquiabiertos hasta los seguratas. Sin duda uno de los momentos de la noche. “Ghost Town” abría oficialmente la veda a la recta final del show. Una coreada “I’m no angel” serviría del preludio al remate que guardaron de cierre. Su single “Elevate” contenía todos los ingredientes necesarios para reunir la contundencia necesaria que requería dicho momento y cumplió su cometido con milimétrica precisión.  La banda abandonó la tarima para ser reclamada instantes después con las esperadas ovaciones.

Reservaron como bises dos perlas de su primer lanzamiento como son “Regret” y “Desire” con las que agradecieron a los reunidos el apoyo y agasajaron a sus fans por enésima vez consecutiva. Emocionante broche para una noche de Lunes que cayó mucho mejor que las habituales. El público supo agradecer el esfuerzo y la profesionalidad de los músicos con una generosa ovación que supo a gloria a los músicos mientras abandonaban el escenario aun envueltos en ese aura triunfal.
 

•    Intro
    •    Oblivion
    •    Captain Love
    •    We Are One
    •    Hot Streak
    •    How Long
    •    Time Machine
    •    Empire
    •    Fire
    •    Think it Over
    •    Drum Solo
    •    The Other Side
    •    Bass Solo
    •    Ghost Town
    •    I'm No Angel
    •    Elevate
Encore:
    •    Regret
    •    Desire

 

 


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