Por José Luis Pozo Fajarnés
La película de animación Cristal Oscuro no tuvo mucho éxito en su estreno, pese a que los responsables de su factura tenían un gran prestigio entre los profesionales de la animación, y también entre el público. Fue ganando fama poco a poco, debido a que fue hablándose de sus virtudes más y más. La mayoría no la vimos en las salas de cine, pues duró poco tiempo en cartelera, sino que la vimos en casa, en nuestros respectivos lectores de vídeo VHS. Alcanzó toda la fama que tiene porque no dejamos de hablar de ella, y de definirla como una de las mejores películas de animación. Ese “boca a boca” hizo que hoy tenga un lugar merecido en el elenco de las grandes películas. De todas las obras cinematográficas en las que las marionetas tienen un importante papel, debemos decir que, de la que hablamos ahora, tiene a gala ser la primera en que todos los personajes, y todo el entorno en que se mueven que vemos en la pantalla (plantas de todo tipo, animales fantásticos, lugares tan paradisíacos como peregrinos…), está creado para la película. Algo así era la primera vez que sucedía en el tan diverso y complejo mundo del séptimo arte. También fue la única, pues no se ha vuelto a realizar un trabajo de estas características después. Por otra parte es el mejor ejemplo de cómo se desarrollaba la fantasía en los años ochenta. De tal manera que hoy, debemos reconocer que fue uno de los mejores productos que se han realizado nunca. Para corroborar esta afirmación no hay más que comprobarlo. Sentarse en el sillón de casa y ponerse uno a verla. Esa es la manera de ver que Cristal Oscuro mantiene toda su frescura original.
El guión y la dirección es de Jim Henson, un artesano de primerísima fila. Artesano en el sentido pleno de la palabra pues no nos referimos a su tarea como director de cine en general, sino como realizador de cine con marionetas. Con Cristal Oscuro, consigue en muchos momentos que nos olvidemos de que los personajes son marionetas de trapo. Para conseguir tal efecto en el público se requiere un trabajo muy concienzudo. También para vencer las grandes dificultades a las que se enfrentaron para conseguir que, a partir del guión y de los dibujos realizados por Brian Froud, se terminara el producto tal y como hoy día lo conocemos. Una dificultad en los trabajos que hizo que la producción de la película se alargara más de cinco años.
Jim Henson ya se había hecho un lugar en el complejo mundo de la animación con marionetas. Pero el trabajo realizado, que en un principio se dirigió al público de Televisión, solo tras bastantes años se decidió presentarlo en la industria cinematográfica. En los años setenta, Henson nos había regalado las series televisivas de Los Teleñecos y la de Barrio Sésamo. Y en los ochenta los Fraggle Rock. Quién no recuerda con cariño aquellos personajes que formaron parte de nuestra infancia, o de la de nuestro hijos, como son la rana Gustavo, el monstruo de las galletas, Epi, Blas… por nombrar algunos de ellos. En los años ochenta también realizó aquellos impresionantes capítulos de El cuentacuentos, protagonizado por un irreconocible, por la tremenda caracterización, John Hurt. La presentación del protagonista es la rúbrica de Hanson. Nos preguntamos cuántas horas de trabajo de maquillaje tuvo que soportar el protagonista. Lo que también nos hace recordar otro importante trabajo de este mismo actor, el de El hombre elefante, una película realizada por David Lynch. Tanto el uno, Henson, como el otro, Lynch, consiguieron que sendos personajes realizados sean de los más recordados de la historia tanto de la televisión, el primero, como del cine, el segundo. Solo acudiendo a los títulos de crédito, tanto de El cuentacuentos como de El hombre elefante, podemos comprobar que el que está bajo toda aquella capa de maquillaje es Hurt.
En 1982, Jim Henson elaboró, a partir de una idea propia, el excelente guión de Cristal Oscuro, aunque con la inapreciable ayuda de uno de sus más habituales colaboradores, David Odell. No solo tuvo un gran colaborador como guionista, sino , sino que para la realización también tuvo una gran ayuda, pues firman como directores del filme tanto Henson como Frank Oz. Oz comenzaba aquí una derivación de su carrera que le daría algunas alegrías, además de las conseguidas en el cine fantástico. Una de ellas fue el tremendo éxito conseguido con la película, protagonizada por Calvin Klein en 1997, In & Out. Hasta ese momento sus trabajos más importantes habían sido con Henson y sus marionetas, lo que sin embargo no fue su única dedicación pues también colaboró en la Factoría Lucas. Gracias a ello, consiguió su más importante reconocimiento. El personaje que más relevancia tuvo en su carrera, cuando se dedicaba a la animación de marionetas para el cine, fue el creado para la segunda entrega de La Guerra de las Galaxias, la marioneta del maestro Jedi de Luke Skywalker, el personaje de Yoda.
La música de Cristal Oscuro se la encargó Henson a Trevor Jones, que acababa de tener un gran éxito con la película de John Boorman, Excalibur. Los aires wagnerianos que habían sido tan apreciados en el filme sobre la leyenda artúrica, iban a marcar su impronta en la realizada por Hansen.
En 2013 se ha remasterizado la película dándole el sobre-título de “montaje del director” (de ello solo hay versión en inglés, a día de hoy no se ha estrenado en España; ni en salas ni en formato de DVD). Pese a retitularla, añadiendo la coletilla tan habitual últimamente, no parece haber ninguna secuencia añadida, lo cual no quiere decir que no haya habido cambios, los cuales podemos expresarlos del siguiente modo: a lo positivo que supone el tratamiento de las imágenes, haciendo que recuperen la viveza original se le suman dos cambios que en la opinión de este comentador desvirtúan la potencia de la primera versión: el primero es que desaparece la voz del narrador y la expresión explícita de algunas reflexiones de los personajes. Con las dos amputaciones se hace más difícil seguir el argumento, sobre todo teniendo en cuenta que la película se dirige a un público muy joven, que no muestra todavía ciertas capacidades que son necesarias para comprender algunos mensajes. Y el segundo, que los Skeksis dejan de estar doblados, por lo que debe leerse lo que dicen en el pie de la pantalla. Y ello también dificulta el visionado, sobre todo pensando nuevamente en los más pequeños.
Esta historia nos trasmite una idea de una manera diáfana, que la hace muy comprensible a todos los públicos. La idea es la del “origen del mal” en el mundo, ya que el mundo de los seres bondadosos protagonistas es una metáfora de la realidad. Esta idea del origen del mal está presente en muchas filosofías (occidentales y orientales), en muchas mitologías, en muchas explicaciones sociológicas -que las acercan a la mitología- entre las que podemos citar las propuestas de Rousseau o las de Marx. La idea del origen del mal está representada en Cristal Oscuro de forma esencial. El mal aparece al romperse la armonía unitaria (el cristal oscuro) de los Urskeks. El mal está representado por los Skekses, que son el fruto de la separación de la realidad unitaria. Se representa mediante estos personajes, de una forma estructural, esencial: vemos los Skekses y estamos viendo el mal, como vemos a los Urskeks y vemos el bien. Salvando las distancias podríamos señalar, haciendo un paralelo con las propuestas de los filósofos más arriba nombrados, que lo que nos propone Hensen es muy parecido a sus teorías socio-mitológicas. Rousseau definió míticamente al “buen salvaje” (en la película, los Urskeks tienen esa característica pues vivían en armonía pacífica). El cristal se rompió, en la película aparece el mal; y en las propuestas de Rousseau y Marx apareció la “propiedad privada”, el mal, también. Marx asegura que, al final del tiempo, se conseguirá volver a la armonía del bien, a la sociedad justa futura, en la que no habrá mal, no habrá propiedad privada; en la película desaparece el mal cuando el cristal se recompone y el futuro es solo de los buenos, nuevamente. El paralelismo es obvio, ya que la idea es la misma.
