Sylvain Sylvain (Bilbao 9/11/2014)

Tarde lluviosa de domingo, la que escogía para visitarnos el mítico guitarrista de New York Dolls. El recinto seleccionado para la ocasión, el refinado garito abierto en el Mercado de la Ribera, que ha surgido recientemente de la transformación que ha sufrido su vetusto edificio, y que cuenta con un escenario sugerente y espacioso a partes iguales, para este tipo de bolos y otros de mayor envergadura. Nos encontraríamos de inicio en el local, con unas treinta personas. Algunas deambulando con su consumición, otras delante del escenario y las restantes  charlando cómodamente sentadas alrededor de una mesa con poca intención de moverse, y es que para ser sinceros, el recinto invita a apalancarse un buen rato con unos bebestibles y algo de picar. El artista de origen egipcio y criado entre Paris y NYC, venía acompañado en esta ocasión exclusivamente de su guitarra acústica, actuando en un formato en el que no todo el mundo se siente cómodo y menos subiéndose sólo en el escenario, pero el carisma que se gasta este tipo parece ser suficiente como para sacar adelante cualquier tipo de concierto.


Un cuarto de hora después de la hora estipulada, aparecía Sylvain entre la gente saludando a todos cordialmente mientras subía al escenario con su guitarra. La primera impresión que nos venía  a la cabeza, era la de encontrarnos ante un tipo sencillo y campechano. Además venía con indumentaria todoterreno a base de vaqueros, zapas converse, chaqueta de cuero y por supuesto su gorra, bastante alejado por fortuna de aquellos looks travestidos que llevaban en los setenta. La gente comenzaba a acercarse, para presenciar un concierto que comenzó de inmediato con un tema de su primer disco en solitario y que data del año 1979 “Teenage  news”.  Los más acérrimos tarareaban las letras y el resto seguía el compás que marcaba el artista moviendo la cabeza. Tirando de galones, pretendió hacer una fiesta y no dejar a nadie ajeno a ella, así que puso a todos a canturrear, hacer los coros, dar palmas o incluso ladrar en algún tema. El propio guitarrista predicó con el ejemplo, simulando ruidos, voces y sobretodo derrochando simpatía por todos los costados. La comunión entre el artista y los allí reunidos fue impecable y nos sumergió a todos en un viaje a través de su emocionante historia. Tras los primeros aplausos, continuó en la misma senda con “I’m so sorry” tema  perteneciente al mismo álbum que la anterior y que también gozaba de la misma fuerza y energía.  Servían ambos temas para demostrar de entrada a los más incultos, su calidad compositiva al margen del mundo de los New York Dolls. Otro corte interesante y que servía de homenaje a su amigo de fatigas “Johnny Thunders”, fue ni más ni menos que la impresionante “You Can’t Put Your Arms Around A Memory”, que nos ponía el vello de punta a la vez que bailábamos y coreábamos el tema. El concierto compaginaba el repaso a sus temas más significativos, con historias y anécdotas de su trayectoria. De hecho, antes de deleitarnos con “Pills” nos hizo gritar pills a todo trapo mientras nos llamaba yonkos y contó una historia en la que acabaron siendo expulsados de un local, al pensar que vendían pastillas. También debemos rescatar  los momentos, donde nos confesó su más que conocida admiración por The Velvet Underground aprovechando para incluir “Femme Fatale”, sus historias con “Deborah Harry” de Blondie donde respondió a uno del público que cantó “Maria” con “Hanging on the telephone” o sus recuerdos del día en el que vendió unos pantalones a la mismísima Janis Joplin. Hubo tiempo para casi todo, incluso para una mención al “God save the queen” de Sex Pistols y para escuchar un trozo del “Sheena is a punk rocker” de The Ramones.


Entre tanto, cayeron temas como no podía ser de otra manera de “New York Dolls” como fue el caso de “Jet boy” perfectamente acompañada por las palmas de los presentes y su nuevo single “Leaving New York” donde aprovechó para recalcar que aún le queda hueco para la creatividad y contarnos su reciente cambio de residencia. Antes de finiquitar hay que destacar con mayúsculas la historia compartida por el músico en la que nos reveló el origen del nombre de la banda New York Dolls. Al parecer caminando con “Johnny Thunders” vio en un edificio, un local donde reparaban juguetes, “Hospital for New York Dolls”. Después de comentarle a su colega que podía ser un buen nombre para una banda, este le respondió que era un piporro, por ocurrírsele semejante idea. La respuesta de Sylvain no se hizo esperar y replicó diciendo que solo sería New York Dolls, lo que vino a continuación todos los conocemos. El tiempo iba pasando y el veterano guitarrista se reservaba dos temazos de “New York Dolls” para concluir de forma apoteósica la velada. Las incombustibles “Trash” y “Personality Crisis” ponían colofón al genial concierto. Se despidió, dejando a todos con la boca abierta, tocando unos acordes entre los presentes y desapareciendo con su encanto particular entre aplausos. Concierto divertido el que disfrutamos, por un tipo al que poco le queda actualmente de muñeca.

 

Texto: Txema Garay

Foto: Alfredo Villaescusa


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