A escasos días de comenzar la gira de festivales veraniegos, Volbeat nos presentan su sexto y nuevamente aguardado plástico. Bajo un título sugerente y de las dimensiones a las que nos tienen acostumbrados en otras ocasiones, “Seal The Deal & Let’s Boogie” nos instroducen su nuevo material.
Michael Poulsen comentaba en ruedas de prensa y entrevistas el aire más espiritual que ha perseguido en la confección de las letras, recurriendo a sus propias experiencias personales a lo largo de la vida. Además vuelven a contar por segunda vez con Rob Caggiano (Ex Anthrax) al mástil haciendo un trabajo sensacional y aportando sus tablas de solidez y calidad por partes iguales. Recientemente anunciaron su última pieza, Kaspar Boye Larsen con la dura tarea de suplir al inexpugnable Anders Kjøholm.
El disco arranca con su primer single “The Devil’s Bleeding Crown” en la línea de sus predecesores, resultando quizás algo comercial pero sin perder la contundencia a la que nos tienen acostumbrados. El disco seguirá la misma tónica, con excepción de algunas joyas que alberga escondidas. La fórmula que esgrimen de sacar temas que enganchan, los ha vuelto a situar en la pomada una vez más. El número de ventas de su primer single, habla por sí solo. Además de sus inconfundibles melodías Michael Poulsen ha podido llevar a cabo varias ideas singulares que le rondaban en mente como la de introducir a la “Harlem Gospel Choir” en su tema “Goodbye Forever” o meter a colaborar a su mejor colega del colegio tocando la gaita en “The Loa’s Crossroad” lo que hará gracia a algunos o le sentará como una patada en el culo a otros.
A finales de Abril lanzaron su segundo single “For Evight” (Forever), uno de los cortes con más gancho. Por supuesto, tampoco faltarán cortes de altura como el que da nombre al disco “Seal The Deal” y que dejará a más de uno boquiabierto. También ha habido hueco para algún invitado de renombre como, es la aparición de Danko Jones en “Black Rose”, uno de los cortes más notables del álbum. Como colofón y para dar amplitud de rangos al lanzamiento, aportan frescura con dos versiones una de Georgia Satellites “Battleship Chains” donde introducen su aspecto más sureño y el corte de Teenage Bottlerocket “Rebound” donde despliegan su lado más punk y colérico. Variedad que siempre es de agradecer, para un grupo que se asienta cada vez más sobre su propio sonido.
En definitiva, los daneses vuelven a la carga con su fórmula de siempre, impartiendo una clara lección de metal, hard rock y rockabilly. Sin duda, uno de los discos obligatorios.
Txema Garay